Cookie disclaimer

Our site saves small pieces of text information (cookies) on your device in order to deliver better content and for statistical purposes. You can disable the usage of cookies by changing the settings of your browser. By browsing our website without changing the browser settings you grant us permission to store that information on your device. Estoy de acuerdo

None

Arunte y el vino de Montepulciano

En Chiusi, después de la muerte de Porsenna, ocurrió algo muy grave. Un Lucumone violó a la esposa del noble Arunte. Para vengarse, fue a los Galos Senoni y los invitó a descender a la tierra de los etruscos donde, prometió, había tierras fértiles y ciudades para conquistar. Para confirmarlo, Arunte trajo consigo algunos odres de vino de Montepulciano. El argumento fue tan convincente que los galos subieron inmediatamente caballo. Los chiusinos, a la vista de un ejército tan amenazador, enviaron embajadores a los galos. La negociación llegó a hacer prometer la paz por parte los invasores a cambio del excelente vino que habían probado. Chiusi pidió ayuda a los romanos, que se jactaban en nuevas negociaciones para poseer tierras y vinos aún mejores. Los galos, burlados por esta perspectiva, pensaron que era más prudente dirigirse a Roma, que fue saqueada. Pero el vino se pagó caro, ya que los bárbaros fueron exterminados por Furio Camilo. En cualquier caso es uno de los muchos testimonios de la bondad del vino de Montepulciano, que siempre ha sido cultivado, y no por casualidad definido con el epíteto “Noble”. En un documento del 789, el clérigo Amipet ofrece la Iglesia de San Silvestro en Lanciniano, en el Amiata, un terreno de viñedos en el castillo de Policiano. En otro documento de 1350 se establecen las cláusulas para el comercio y la exportación del vino de Montepulciano. Francesco Redi, en 1685, en su obra Baco en la Toscana, declama en una oda al Conde Federico Veterani: «¡Montepulciano de todos los vinos es el Rey!». El término “Noble” se encuentra por primera vez en un documento de 1787.