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Una versión de esta leyenda cuenta que la noble Mustiola, prima del emperador Claudio II, que cometió el error de convertirse en cristiana. Habiendo hecho votos de virginidad, se negó a casarse con un rico patricio romano elegido por su padre, y por ello fue condenada a muerte. La fuga fue una elección inevitable para ella, que se dirigió a los campos de Chiusi, perseguida por los soldados. Casi alcanzada, tenía un lago delante de ella: aquí está la posible salvación, pero no había ninguna barca. Extendió entonces su capa sobre el agua y se subió a ella, alcanzando el otro lado, evadiendo a sus perseguidores. Luego se encontró con algunos granjeros en los campos, que estaban sembrando el panizo. Les dijo: si los soldados me buscan, digan que me vieron cuando sembrabais este panizo. Al día siguiente llegaron y – otro milagro – el panizo ya había crecido y madurado, como si hubieran pasado meses. En ese momento, los guardias consideraron inútil continuar la persecución. Todavía hoy, en la mañana del 3 de julio, aniversario del milagro del paso sobre el lago, en el reflejo de agua chiusino (para los locales “il Chiaro”) en las aguas aparece una estela luminosa.